lunes, 20 de agosto de 2007

Se subió al vagón de un salto. Como de costumbre habia llegado al tren de la mañana por los pelos. A otras personas esa angustia de perder el tren les resultaba insufrible, pero a él no. El pequeño desafío mañanero de llegar a tiempo cuando todo parecía indicar que no lo lograría le servía para despabilarse después de haber dormido las pocas horas que tenía por costumbre.
Estaba de suerte, había asientos libres, ya no tendría que ir todo el trayecto viendo delante de su cara el gesto iracundo de alguna vieja o aguantando los chillidos insoportables de un niño mal criado.
Paseó su mirada por el vagón indolentemente. Las caras de costumbre, ya le eran muy familiares después de estar viéndolas semana tras semana cumpliendo con el rito diario de acudir a sus puestos de trabajo. Por supuesto también habia gente desconocida, Se podía adivinar bien quien no tenía costumbre de madrugar y, echándole imaginación, incluso se podía intuir quien se había levantado con el pie izquierdo aquella mañana.
¡Quieto parao! Sus ojos se detuvieron en seco sobre una chica sentada dos asientos mas allá. Su ropa no era nada del otro mundo, vaqueros bajos y acampanado, una camiseta ajustada con la manga muy corta, y en su regazo, una chaqueta ligera. Sin embargo su rostro era...buscó algún adjetivo que definiera aquella faz, no lo encontraba, ¿Cómo se diría en una sola palabra "no puedo dejar de mirarte"? Era magnética, era increible, era única...



¡¡¡¡¡por diosssssss que fea eraaaaaaa!!!!


*Nota del autor. Este relato es ficticio y no se basa en ninguna experiencia personal, los personajes aquí descritos son producto de mi imaginación o tal vez de la de algún guionista de tv americana, dado que el autor tiene miles de horas de tv en su haber.

dicho esto solo me queda añadir:

"not to be continued"