""Fíjate en ti, no lo digo con animo de desprecio, pero fíjate bien.
El material del que estáis hechos es blando y su energía depende de la oxidación ineficiente de la materia orgánica. Entráis cada noche en un estado de coma y soñáis.. pero ¿de que sirven los sueños si casi nunca se cumplen?
Pensáis; es cierto, pero os equivocais frecuentemente y a la menor variación externa perdeis vuestra eficiencia.
Sois alterables, sois imperfectos...En cambio yo... "
Esto es de un anuncio, también es la intro de una canción de Zenit, os dejo aquí otra del mismo cantante que mola mil (como se dice ahora)
miércoles, 8 de agosto de 2007
Cosas que siempre (casi) hice en verano
1) Ir a la playa. Si hace calor hay que ir a la playa, publicado por mi señor padre en el decreto-ley "Porque lo digo Yo" de 3 de agosto de 1975 y que posteriormente derivó en la ley de acompañamiento LOESPMDLG, "Ley de Ocio Estival Porque a mi me da la gana", aprobada por un servidor hace ya alguna legislatura.
2) Ir a la Semana Negra de Gijón. Esta tradición es de las más recientes en mis costumbres veraniegas. Cierto es que mi primera visita fue a la tierna edad de diez años y que aún recuerdo vagamente a la noria y los caballitos al lado del Molinón. Ya en el tiempo presente, he de decir que la Semana Negra tiene de cultural lo que yo de alto, al menos en la versión que yo visito, y que está llena de tenderetes, puestos de venta de perritos, negros con MEGAFONOS (el año pasado vendían sombreros con piel simulada de vaca), etc... Una especie de anticipo de lo que llega en agosto.
3) Ir a la Feria Internacional de Muestras. Pues si amigos, la que en su día se consideraba una visita llena de curiosidades para ver y comprar, juguetes baratos, baterías de cocina, inventos increibles para freir un huevo, con el paso de los años se convirtió en un periplo por los distintos "stands" de comida y bebida, es decir, un recorrido pa "fartase" de comer y beber. Desde fabada litoral, pasando por el socorrido bocata de calamares a la tarta de queso, y todo ello regado por riojas, caneys y las inevitables cervezas en el puesto de Maes. ¿Alguien se apunta al chiringo cubano? allí daban ( bueno vendían) mojitos. Por cierto, la primera vez que navegué en internet fue en la carpa ferial que Telefónica ponía ya en el lejan siglo XX. Recuerdo que estuve mirando fotos del Mars Pathfinder, friki ya entonces ¿eh? Por cierto, hace un par de años que no voy...
4) Ir a los fuegos artificiales en la semana grande de Gijón.
Ineludible cita, el muro de Gijón atestado a rebosar, las luces apagadas y los fuegos explotando y retumbando en los edificios que están frente de la playa de San Lorenzo. Ese es el recuerdo de otros tiempos, de cuando era crío. Ahora existen otras playas desde las que ver los fuegos, la gente se apelotona menos, pero hay algo que jamás falta, y son las miles de cabezas mirando hacia arriba con la boca abierta y exclamando ooooh, aaaaah cuando una palmera de fuego rompe la oscuridad del cielo gijonés. ¿Qué pasara este año? ¿habrá brisa que se lleve el humo? ¿quedará todo ahí y no veremos un cajaro? He aquí la pregunta anual.. La respuesta, próximamente en vuestras retinas.
Por cierto, para quien no lo sepa, no soy de Gijón, jajaja
2) Ir a la Semana Negra de Gijón. Esta tradición es de las más recientes en mis costumbres veraniegas. Cierto es que mi primera visita fue a la tierna edad de diez años y que aún recuerdo vagamente a la noria y los caballitos al lado del Molinón. Ya en el tiempo presente, he de decir que la Semana Negra tiene de cultural lo que yo de alto, al menos en la versión que yo visito, y que está llena de tenderetes, puestos de venta de perritos, negros con MEGAFONOS (el año pasado vendían sombreros con piel simulada de vaca), etc... Una especie de anticipo de lo que llega en agosto.
3) Ir a la Feria Internacional de Muestras. Pues si amigos, la que en su día se consideraba una visita llena de curiosidades para ver y comprar, juguetes baratos, baterías de cocina, inventos increibles para freir un huevo, con el paso de los años se convirtió en un periplo por los distintos "stands" de comida y bebida, es decir, un recorrido pa "fartase" de comer y beber. Desde fabada litoral, pasando por el socorrido bocata de calamares a la tarta de queso, y todo ello regado por riojas, caneys y las inevitables cervezas en el puesto de Maes. ¿Alguien se apunta al chiringo cubano? allí daban ( bueno vendían) mojitos. Por cierto, la primera vez que navegué en internet fue en la carpa ferial que Telefónica ponía ya en el lejan siglo XX. Recuerdo que estuve mirando fotos del Mars Pathfinder, friki ya entonces ¿eh? Por cierto, hace un par de años que no voy...
4) Ir a los fuegos artificiales en la semana grande de Gijón.
Ineludible cita, el muro de Gijón atestado a rebosar, las luces apagadas y los fuegos explotando y retumbando en los edificios que están frente de la playa de San Lorenzo. Ese es el recuerdo de otros tiempos, de cuando era crío. Ahora existen otras playas desde las que ver los fuegos, la gente se apelotona menos, pero hay algo que jamás falta, y son las miles de cabezas mirando hacia arriba con la boca abierta y exclamando ooooh, aaaaah cuando una palmera de fuego rompe la oscuridad del cielo gijonés. ¿Qué pasara este año? ¿habrá brisa que se lleve el humo? ¿quedará todo ahí y no veremos un cajaro? He aquí la pregunta anual.. La respuesta, próximamente en vuestras retinas.
Por cierto, para quien no lo sepa, no soy de Gijón, jajaja
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